martes, 24 de agosto de 2010

En pròximas ediciones

Empezamos los encuentros con cada uno de los Delironautas de la vida que vamos conociendo, nos une la bicicleta y nos reùne o nos conversan todas las aristas de estos amigos con los que discutimos, traguito o mate amargo de por medio.



Vieron esta luz anoche? fue en la Diagonal donde todas las bicis son recibidas con algarabìa.

lunes, 16 de agosto de 2010

Editorial Bicicletista

Manuela D empezò repartiendo pequeñas esquelas para sus amigos con sus impresiones de la bicicleta y el mundo, la visiòn del que para la pelota y luego hace el pase -en este caso del que frena y luego inventa su propia rodada-. Con el tiempo la pequeña carta sellada con una pegatina acorde, terminò por transformarse en la Revista Bicicletista.
Aquì transcribimos una de las cartas con que Manuela sienta precedente. A ver:

Crisis bicicletista, sobre la noche y otras nostalgias.

A los que el sentimiento se les vuelve pasiòn,
Quedando a la merced de dicho desequilibrio.

Informes novedosos indican que la C.C.P (Congreso Constituyente del Pedaleo) ha encontrado en el fondo de la casa de la suegra de la mujer de uno de los integrantes, en el patio, que vino con la casa que le habìan alquilado a una conocida, que èsta se la habìa alquilado antiguamente a unos franceses, que venìan de Italia, que eran hijos de unos Yugoslavos, unos manuscritos en fibra azul, guardados en una bolsa de Coto, con anotaciones bicicletìsticas.


Trata de una pionera del bicicletismo polìtico y revolucionario, es màs, la ùnica pionera de dicha disciplina, es màs, son los ùnicos manuscritos que ha encontrado la C.C.P hasta ahora. Es màs, los encontraron de casualidad, lo sacaron de adentro de la boca de un perro llamado "Manchita", ejemplar insoportable y destructivo.

Lo que se dedujo es que la autora de estos textos enterrados misteriosamente por alguna razòn, aùn vive, aunque a nadie le importò encontrarla, " y bien hicimos" , aseguran los que vieron los manuscritos. La pàgina nùmero veintidòs fue una de las pocas que se rescatò entera, se titula "Crisis Bicicletista, sobre la noche y otras nostalgias" y chamuya lo siguiente:

"¡¿En bici a esta hora?! ¡¿A esta hora en bici?! ¡¿Hasta allà en bicicleta, estàs loca?! ¡¿Sola?! ¡¿Y en bici?! ¡¿Tan lejos en bicicleta?! ¡¿Por esa zona en bicicleta?! ¡¿Con esta lluvia en bicicleta?! ¡¿Con este sol en bicicleta?!, con este frìo , con este viento, con este barrio, con este paìs, con estos polìticos, con esta sociedad, con este clima, con este fin del mundo maya, con esta vida que tenès, con estos amigos , y este trabajo y esta angustia, y esta irresoluciòn de las cosas, este progreso lento y demorado, con esta necesidad de superarse y explicarle al mundo lo que quiere uno, lo que siente, lo que le pasa, maldita seas!

No sè si este mundo se està yendo a la mierda o yo me estoy yendo a la mierda, o en el peor de los casos, que los dos nos estemos yendo a la reverenda mierda. BLum, Blum, està muerto.

A ver mamà, a ver señora, a ver hombres, a ver hermanos, a ver gente que se asusta al descubrir que el bicicletista anda en bicicleta siempre y a todos lados. ¿No se dan cuenta que asì no se puede hacer el cambio? ¿No se dan cuenta que atemorizados y atemorizàndonos nos quedamos atrincherados en nuestros refugios-casas, mirando la tele, tragando los fideos con la boca abierta por el efecto de la caja boba? ¿ Por què en vez de quejarse que el barrio es una porquerìa no salen a las calles a tomar mate y hablar con los vecinos, y copar la esquina, y cuidarse, entonces volver, a los tiempos sin candado y puerta sin vuelta de llave?. Es imposible, pero no es imposible, en todo caso es lejano, en todo caso no nos quedemos metièndonos los dedos en la nariz. Si todos los bicicletistas del barrio salieran a pedalear por las noches serìamos muchos bicicletistas andando por las calles desoladas de la noche. Al ser muchos no serìa desolado. Si la gente que le gusta pasear al perro lo hicieran por las noches, estos se toparìan con los bicicletistas. Y si a la gente se le canta el orto salir con su familia a tomar un helado a la noche, ya habrìa en nuestro barrio: bicicletistas, peatones y familias yendo a tomar helado. Y asì otros, y asì otros màs. Entonces serìamos los del barrio en la noche. ¿Y porquè en el dìa sì y en la noche no? ¿Por què la gente se atrinchera de noche?

Si no conquistamos a la noche, la noche no es nuestra, es de otros. Si no sabemos ni quien carajos vive al lado de nuestra casa, no somos un barrio, somos fragmentos. Si no nos movemos en bici porque tenemos miedo, saquèmoslo o aguantèmoslo, -es recomendable la primera pero se empieza por la segunda-. Si nos quejamos, quejèmonos por el sacrificio que nos cuesta hacer las cosas y no porque no las podemos empezar a hacer.
Todos los bicicletistas que tengan ganas de de andar en bicicleta por las noches deberìan hacerlo, todos los que no anduvieron de noche deberìan probarlo. Y nos pueden robar, y nos pueden violar, y pueden matar gente inocente, a gente que queremos, a gente que amamos, y nos pueden matar a nosotros mandàndonos a rendir cuentas con el señor, "discùlpeme humano, pero ustè tiene mas cuenta en el debe que en el haber". Pero estas cosas nos pueden pasar a cualquier hora del dìa, en cualquier lado. El destino no es zonzo y nosotros nos creemos demasiado pillos.

Yo me mantengo despierta en mi bici -caballerìa de elite-, con el viento y la luna de testigos, que andarè hasta que me aplaste un auto, me pegue un palo o me tiren una bala en la cabeza. Que los valientes alguna vez fueron cobardes y que si morimos, leales hijos de la calles, morimos en brazos de nuestras bicicletas.
La calle es nuestra.
Donnet, L. M

Doña Marìa, la bici de Manuela.
Palabras de quien vive, proyecta y hace.

Mas de esta autora bicicletista en su blog: http://la-revista-bicicletista.blogspot.com/

miércoles, 11 de agosto de 2010

Inicio



Primer día en el irreconocible Oniriciclo!
Allá por julio del 2008 nos subíamos en el parque Mitre de la ciudad de Mar del Plata. Un domingo de niños en el parque que miraban asombrados. Uno preguntó si esa era nuestra bici y nosotros emocionados quisimos explicarle que era un Oniriciclo y porqué se llamaba así. Por supuesto el niño salió andando dejándonos con la explicación indemne, y lo bien que hizo!
Aquí pueden verse y escucharse a los Delironautas originarios del proyecto mas soprendidos que marino en la montaña comentando las sensaciones de la circulaciónm en tal dromedario
Mientras, ibámos ideando el viaje y dándole vida a esta bitácora virtual
Un bellísimo recuerdo

martes, 10 de agosto de 2010

Denunciando Imbéciles (segunda parte)


Sobre las ciclovías de la ciudad de Buenos Aires

CNI 146

Imagen abarcativa de la soberbia del que sólo apreta un acelerador y listo


Más idiotas:

Patente del boludo en cuestión, a ver si se sube a la escalera y se tira!

RAT(A) 786
Y después somos nosotros los bicicletistas quienes cruzamos en rojo y blablabla. Una vez un taxista nos dijo que las bicicletas estaban prohíbidas en Buenos Aires ya que había una ordenanza desde antes de la conquista -masomenos- en la cual se aclara que están prohibidos los vehículos de tracción a sangre.
Elogio de la ceguera

Aclaración: Estas fotos fueron enviadas al correo de la división tránsito de la ciudad de Buenos Aires. Los Delironautas creemos que el rociado y posterior combustión de un autómovil como este sólo termina por contaminar la ciudad en la que habitamos. No recomendamos esta práctica pero si entendemos que la impotencia suele traer tales pensamientos.
Delironautas europeos nos contaban acerca de la posibilidad de pasearnos sobre ciudades sin vehículos contaminantes en un futuro no tan lejano. Tal vez Londres o Amsterdam. Ojalá! Veremos y disfrutaremos.

domingo, 8 de agosto de 2010

Domingo


Domingo Familiar


La famiilia unita y nos venden el pack madre modista padre esforzado y niños convenientemente felices. Todo esto no importarìa pues el modelo se venderà a perpetuidad, sino fuera por el Oniriciclo como propulsor energètico. Mientras tanto el hombre de la casa vislumbra el alentador futuro de la flia.
Nuestro amigo Juan Pablo T nos acercò esta foto y aquì siempre traemos a nuestras queridas jirafas rodantes.
Por aquì hubiese sido un infinito de preguntas si la fàbrica Singer hubiera optado por este modelo de màquina de coser. Se imagina usted? Años 50 y 60 donde nos preguntarìan: ¿Còmo se ven los dirigibles desde ahì, ¿nos espera un alto horizonte?, o ¿porquè no anda a caballo?
La significaciòn de la gente frente a cualquier tipo de estructura diferente, ya sea de pensamiento o de herrerìa, termina por mostrar el rumbo adonde pueden dormitar o crecer las ideas o las preguntas.
En este 2010 donde los oniriciclos cruzan vehìculos de 300000 dòlares por las calles màs pitucas de Buenos Aires, los Delironautas le preguntamos a sus dueños: ¿para què tanto?, ¿ ese velocìmetro de platino, puede contar tus deseos?, ¿tu bocina digital esconde sonrisas?
Y no es lirismo ni credulidad. Optar por la soluciòn hecha a las preguntas que suele llamarse comodidad es como hacer el crucigrama de ayer con las soluciones de hoy.
A veces es mejor comentarles que los amigos de www.laciclet.blogspot.com han subido el video de la Masa Critica Buenos Aires de agosto y que como siempre, encontramos en esas imàgenes tanto respuestas como preguntas, y que para reeditarlo en este soleado domingo los Oniriciclos nos vamos a pedalear in situ.
Salù!


Cebra camuflada

lunes, 2 de agosto de 2010

Calle




Salimos bajo la lluvia un martes, ese día en que olvidas el lunes pero aún farfullas por una larga semana.
Nos despedimos sin alejarnos, azotados por agua abajo nos encaminamos por calle Tres Sargentos hasta el boulevard Alem, anduvimos bajo las arcadas del paseo Colón que nos protegieron y nos mostraron ese mundo donde todo sucede. Como siempre, en las ciudades portuarias es fácil encontrar a los trasnochados que prefieren no alejarse mucho del río - como el preso que tantea la salida para no perder liberación.
De la misma manera, es fácil hallar pobreza y ostentación muy cerquita del agua dulce.
-"Aquí nadie vive"-me susurró
En una muestra tonta de manejo del único idioma que conozco, quise corregirle la expresión, pero antes de abrir la boca entendí la idea.
Ella se paró frente a cada tipo que vio durmiendo en la vereda, luego corrió hasta un supermercado chino -que de milagro abierto- y compró todo lo que le pareció: arvejas, galletas, frutas, pan mucho pan, arroz, latas (hasta un abridor de latas), salsas, verduras, chocolates, leche, papel higiénico, fósforos, linternas -llueve, se va a cortar la luz y no van a ver nada cuando cocinen-me dijo.
Pensén entonces porque ella presuponía que la gente que duerme en las calles tendría los medios para cocinar, y luego pensé porque carajos yo debo dar por hecho que no los tienen. Falta de conocimiento, de acción, por eso no comprendo.
Con las mismas bolsas en que cargó los víveres separó en raciones similes lo comprado y caminando a través del Paseo repartió con todos los que encontró en cada recoveco.
Le ayudé en le trajín y mientras tanto la observaba como si fuera yo el camarógrafo y ella la participante - así me recriminé porque nunca hice yo esto, y claro!, luego aflora la poca predisposición que uno ha tenido y de ahí no tardé ni 10 segundos en arroparme de verguenza, la que solamente sirve para seguir descomprometiéndose.
A todo esto ahora sentados frente a un fogón y bajo la autopista por el barrio de San Telmo - ahí donde la brigada municipal violenta se encarga de revocar la pobreza a ojos turísticos y encuestadores- ella charlaba con los puesteros de ciudad, esos que verdaderamente habitan Buenos Aires, mientras otro de los habitantes amanecía un guiso que luego comeríamos.
Tan sencillo, tan sí, tan posible. Estar ahí, haciendo un verdadero aguante, leyendo un cuento, charlando, aprendiendo lo duro.
Luego del guiso y de los chaparrones nos despedimos y seguimos viaje. Empezaba a caer la helada y la gente debía refugiarse bajo las casas construídas en cartón, bastidores publicitarios en desuso, polietileno grueso y media sombra. En el suelo diarios viejos y, tal vez, una alfombra recauchutada
La acompañé hasta su casa, donde habitaba con sus hermanos y su marido, me mostró su vida, sus plantas, sus hijos dormían y cuando ella no pudo más del cansancio, nos quedamos charlando con Pablo -su esposo- y unos mates bien amargos para el frío.
En toda esa noche vivida nada de lo que abunda me rodeó; ni tele ni noticias falsas ni verdaderas, sin diálogos inútiles, sin grandes comilonas y la casa por la ventana, ni fiestas ni despedidas de aeropuertos.
Sin wi-fi ni este blog.
Andamos en Oniriciclos, que sueltan sonrisas pero que no llenan ningún estómago.
Ella se llama Participación, de apellido Desinteresado


Uno de los grafittis más repetido en la ciudad de Buenos Aires. ¿Es esto acción?. ¿esta crónica sirve de algo?