sábado, 30 de abril de 2011

¿Quién es tu amo?





Horas nocturnas antes del 1 de mayo, día de la masa crítica.
calles del Barrio de La Boca, Buenos Aires. en busca de un amigo.

1-"Salú señor!, me dice un tipo al pasar corriendo, ando perdido y perdiendo amigo, pero en esas restas buceos, batallas perdidas, dulces-dulces.
Estoy en Bs As como en la Pampa
lo mismo cualquier lugar algún lugar
venir a encontrarte es un a metáfora
tal vez resida en no encontrarte, justamente,
sospechar de vos,
tus paraderos, tus días
las mujeres Luis
nuestras mujeres
ahí donde dejamos algo y nos dejaron.
El container más lejano a tu puerta
es vapuleado por un niño de suéter a rayas blancas y rojas
¡sacrilegio en la Boca!
-seguro lo conocerás-, este niño agita
este barrio late
La Boca sus cosas sus vicios la noche,
sábado Sabato muerto
Domingo crítico y masivo
¿Y vos Luis?
los rodajes, las partituras que andan

2- Rodamos rodando en esta hoja que reposaba en la baldosa, papel recuperado, no desatender los detalles,
cartas para los amigos
mañana domingo de fútbol la voces se acallan
y todos se unen a este coro de sordos
y La Boca, barrio la boca,
ambas paletas de un mismo remo
bohemios sin casa
románticos sin teca (1)
media clase omnívora
los chicos en la calle y los tetras de vino
gracias te vivo, hoy
ahoramismo
mañana se viene la Masa
y encontré los días, pocos días
concretos.

(1)Dinero, plata

3- Soporto los sueños no hechos
los puntos descosidos las ratas y calles
los pibes, esquinas,
y entonces vinieron las hoja de otoño, llegó el fresquito
y los sueños sin pies.
Moví de su lugar los rincones para ver que pasaba,
si todo era igual y la realidad cambiaba
-una realidad-
pasan los chicos, ni 15 pirulos(2)
ya andan las calles son suyas
yo un invitado, solo mirar.
Buenas noches La Boca
mi boca se calla
mis manos al manubrio

(2) años, sobre la edad


4- Llega Luis, Hola Luis, comida charla y vino, descanso y charla
¿qué hacemos? ¿qué decimos en nuestro espacio del mes?
y entonces yo te pregunto señor conductor:

¿Quién es tu amo?










la bici, nuestra compañera







viernes, 15 de abril de 2011

Trópico de Miller




Trópico

Recuerdo un actor anónimo en un teatro de la cadena Keith que probablemente fuera el hombre más loco de América, y puede que no sacara más de cincuenta dólares a la semana. Tres veces al día, todos los días de la semana, salía a escena y mantenía al público embelesado. No hacía un número…simplemente improvisaba. Nunca repetía sus chistes ni sus acrobacias. Se prodigaba y no creo que fuera un drogón. Era uno de esos tipos que nacen en los maizales y su energía y su alegría eran tan impetuosas, que nada podía contenerlas. Sabía tocas cualquier instrumento y bailar cualquier paso, y era capaz de inventar una historia en el momento y alargarla hasta le final de la función. No se contentaba con hacer su número, sino que ayudaba a los demás. Se quedaba entre bastidores y esperaba el momento oportuno para irrumpir en el número de otro tipo. El solo era el espectáculo entero y era un espectáculo que contenía más terapia que todo el arsenal de la ciencia moderna. A un hombre así tendrían que haberle pagado el sueldo que cobra el presidente de los Estados Unidos. Tendrían que echar al presidente de los Estados Unidos y a todo el Tribunal Supremo y poner a gobernar un hombre así. Aquel hombre podía curar cualquier enfermedad del catálogo. Además era la clase de tipo que lo haría por nada, si se lo pidieran. Ese es el tipo de hombre que vacía los manicomios. No propone una cura…vuelve loco a todo el mundo. Entre esta solución y el estado de guerra perpetua, que es la civilización, sólo hay otra salida…y es el camino que todos tomaremos tarde o temprano porque todo lo demás está condenado al fracaso.

El tipo que representa esa única salida tiene una cabeza con seis caras y ocho ojos; la cabeza es un faro giratorio, y en lugar de una triple corona encima, como podría perfectamente haber hay un agujero que ventila los pocos sesos que hay. Hay pocos sesos, como digo, porque hay poco equipaje que llevar, porque, la vivir en plena conciencia, la sustancia gris se convierte en luz. Ese es el único tipo de hombre que podemos colocar por encima del comediante; ni ríe ni llora y está por encima del sufrimiento. No lo reconocemos todavía porque está demasiado próximo a nosotros, justo bajo la piel, en realidad.

Cuando el comediante nos acierta en las tripas, ese hombre, cuyo nombre podría ser Dios, supongo, si tuviera que usar un nombre, habla claro. Cuando toda la raza humana esta desternillándose de risa, riendo tanto que llega a doler, quiero decir, entonces todo el mundo va por buen camino. En ese momento todo el mundo puede ser lo mismo Dios que cualquier otra cosa. En ese momento se produce la aniquilación de la conciencia doble, triple, cuádruple y múltiple, que es lo que hace que la sustancia gris se haga un ovillo de pliegues muertos en la coronilla. En ese momento puedes sentir realmente el agujero en la coronilla; sabes que en otro tiempo tenías un ojo en ella y que ese ojo era capaz de captar todo a la vez. Ahora el ojo ha desaparecido, pero cuando ríes hasta que se te saltan las lágrimas y te duele el vientre, está realmente abriendo la claraboya y ventilando los sesos. En ese momento nadie puede convencerte para que tomes un rifle y mates a tu enemigo. Nadie puede convencer a nadie para que abra un mamotreto que contenga las verdades metafísicas del mundo y lo lea. Si sabes lo que significa la libertad, la libertad absoluta y no la libertad relativa, en ese caso debes reconocer que eso es lo más cerca que puedes llegar a estar de ella. Si estoy en contra del estado del mundo no es porque sea un moralista…es porque quiero reírme más. No digo que Dios sea una gran carcajada; digo que tienes que reír con ganas antes de que puedas acercarte lo más mínimo a Dios. Mi exclusivo fin en la vida es llegar cerca de Dios, es decir, llegar cerca de mí mismo. Por eso es por lo que no me importa el camino que tome, Pero la música es muy importante. La música es un tónico para la glándula pineal. La música no es Bach ni Beethoven, la música es el abrelatas del alma. Te hace tranquilizar terriblemente por dentro, te hace tomar conciencia de que hay un techo para tu ser.


jueves, 7 de abril de 2011

Bicisenda -crónica rodada-


En las ciudades todo empieza en la calle.
En el foro de Masa Crítica Buenos Aires cada día hay una apuesta: mejorar nuestra conexión (sin wi-fi ni virtual alguna), cada uno con sus códigos y tiempos pues no todo paisano madruga. Pero si se intenta, y así llegan ideas críticas fotos videos encuentros repuestos en canje, variopinto. Hace unos días alguien preguntó que opinábamos de la bicisenda de calle Cangallo (también llamada J.D.Perón); al rato salí por las calles y enfilé por ella.

Detalle:
Me sumé en la intersección con calle Montevideo. primera observación: el gobierno liberal de la ciudad desarrolló sobre esta arteria peronista una de las bicisendas más angostas de la ciudad, ¿casualidad o diferencias idiotalógicas?. Sigamos andando
En esta calle debemos estar más atentos, el espacio ciclista es la mitad de ancho que las ciclovías realizadas en estos años, por lo cual también nos obliga a dar el paso estrecho a ciclistas que van y vienen -ningún problema pues los bicicletistas encarnamos esto de una manera natural, es lo que quiero creer. También experimenté un grado más de tolerancia por parte de los automovilistas, que en ningún momento ocuparon nuestro espacio (hagáse a la idea que mientras escribo voy pedaleando y ya crucé avenida Callao). Creo que lo automovilistas no han pegado un salto de tolerancia en esta calle sino que dejarnos este pequeño lugar no hace que ellos dejen su orgullo atropellador de lado, algo así como:"pobres...en ese hilito de asfalto se arreglan". Tan delgada es la línea del estúpido conductor promedio de la ciudad que estoy seguro, es este su pensamiento condescendiente para nosotros, los verdaderos poseedores de la calle que no necesitamos corona ni hacemos de nuestra bici el símbolo fálico de poder motorizado. ya sabemos que es más fácil ponerle turbo al auto( se dirá así?) que aprendizaje al cerebro, uno cuesta esfuerzo propio y el otro papelitos de colores.
Sigamos
Siempre por Cangallo (J.D.P) entro de lleno en el barrio de Once (barrio de venta textil en donde anidan inmigrantes variados y numerosos, hay uno en cada urbe, hagáse una idea somera el que no lo conoce), pues bien por aquí la gente toma las calles para caminar con sus bolsos de compras, los changarines con sus carritos los perros con sus dueños, los saltimbanquis con sus chucherías y los pungas(1) con sus hábiles dedos. la vereda en general es angosta por lo que el transeúnte camina por la bicisenda sin más. Casi llegando a avenida Pueyrredón y pedaleando detraś de 4 ciclistas, veo como el segundo frena casi a 0 al cruzar una señora oronda con sus bolsos repletos de vestimenta para la reventa, si bien el bicicletista no se enoja, si se lo nota un tanto contrariado pues si se lleva puesta a la Sra será él y nadie más culpable del accidente aún cuando estemos sobre la bicisenda.
El quilombo -como decimos por aquí- en este barrio compra venta es añejo y desproporcionado, no se presume que el comportamiento del transeúnte vaya a cambiar tanto como las veredas no podrán ser ensanchadas. tal vez sea aquí donde la atención y la tolerancia deban bajar del tipo en bici hacia el resto. somos nuevos en una jungla de billetes y mercadería que van y vienen y ya de por sí la calle arrastra un sino burocrático y populista así que...
Luego de cruzar Avenida Pueyrredón el barrio febril se tranquiliza y la ciclovía pasa a ocupar su doble carril; luego de esto puede considerarse superada otra trampa de la imbecilidad de muchos y la intolerancia de tantos, al girar nuestras ruedas giramos el carácter y nos convencemos un poco más que la bici es más guapa y bacana que ninguno.

Nota: (1) Carterista, hurtador, ladrón sin armas, salamín.