sábado, 9 de enero de 2010

Vagabundeando en el Eje del Bien - Juan Pablo Villarino


Transformaciones de un mismo sueño

Juan Pablo Villarino escribe, mucho y muy bien. Y es así porque escribe lo que piensa - y lo que piensa, sus viajes- es lo que siente.Lo conocí en diciembre del 2004, en el maravilloso pueblo de Crotto, en uno de los tantos encuentros organizados por la página www.autostopargentina.com.ar (por cierto, y aunque el nunca lo diga, es el artífice de dicha página que hoy tal vez es la más importante de autostopistas latinoamericanos, y siguiendo el pensamiento que compartimos, no genera ganancias en papelitos de colores, sino en conexiones). Por entonces yo organizaba mi primer viaje a dedo por América, el cual empecé 12 días después, allí compartimos junto a unos 20 mochileros más, un fin de semana auténtico, en parte porque Juan había realizado esa logística previa que debe hacerse para que luego el azar se lance por el tobogán de las causalidades (no confundir con casualidades). Ahí reside -para quien escribe- uno de los pilares del camino que va llevando a Villarino a un destino incierto en las variaciones de sus caminos ruteros, pero muy claro en la huella de su pluma: Organización. Léase: la no-burocracia de escritorio y corbata matasueños, sino la lógica en movimiento, de por ejemplo, tener bien agendado el número telefónico del único contacto alcanzable en Harat o el estudio previo de la historia o las anécdotas más intríncadas de un pueblo despenado de la modernidad en el medio de la nada.
Juan Pablo y yo, compartimos el gusto por desprendernos de todo aquel dinero sobrante que nos lleva a gustos superfluos, y que al final del día sólo nos dejaran una factura A o B como anécdota principal; no es sencillo decirles que no a las pirámides egipcias, pero se vuelve inevitable cuando la hospitalidad de una familia de campesinos que sesga caña de azúcar junto al Nilo es superlativa frente a las estructuras -quizás-extraterrestres.
En mayo del 2008 los Juanes nos encontramos luego de un fallido viaje compartido, el viaje por Medio y Lejano Oriente, el cual finalmente Juan Pablo terminó por transformar en el libro "Vagabundeando en el eje del mal". Como muchas cosas, tuvimos una segunda oportunidad y planeamos esta hermosa idea, futuro viaje a través de las Américas y blog, llamado "Delironautas en Oniriciclos" -partiendo de la hermosa experiencia de Rocío, preciosa artista y amiga en común que viajo con estas tall bikes a través de Europa y Asia con un grupo de músicos y saltimbanquis llamados "Cyclown Circus"- pueden buscar el link en esta misma página-
Mientras tanto se fueron sucediendo un par de edicines caseras de "Vagabundeando..." que Juan Pablo vendió mano a mano en diversos sitios de Buenos Aires.luego vino un formato de tapa dura que realizamos como punto de partida de una editorial de mochila ( y a la que aún le debo mi propio libro), que como pronosticó un no tan anónimo fan de Villarino "saldría con fritas", y así fue.
Así, un mes atrás, llegó a las librerías de todo el país en una edición realizada por Editorial "Del Nuevo Extremo", un precioso libro de casi 340 páginas y un centenar de fotografías, retratos fieles de vidas comunes y bien desconocidas para occidentales como nosotros, que sólo recibimos el reporte diario de muertos y mutilados en países extra hospitalarios como Afganistán, Irak, Irán o Siria.
Este libro, único o no en su clase, pero si paradigmático en su visión, nos brinda la posibilidad de reveer nuestras posturas encajonadas y estimuladas por los medios que siempre necesitan decirnos tal o cual cosa, como si fueran la hostia de turno. Vittorio de Sica dijo: "la televisión es el único somnífero que se toma por los ojos", hoy yo agregaría que los medios -no todos, claro- son un combo de pastillas apoyados por laboratorios multimediáticos que hacen y deshacen a gusto con un fin tan pueril como sólo el dinero puede serlo cuando se lo piensa en términos acumulativos y no utilitarios.
El libro de este alto muchacho con pasaporte sin banderas enclavadas en su alma, reúne tambien -y tan bien- el conocimiento intenso que porta Villarino sobre la historia de los países que atraviesa; su formación: autodidacta por elección, ese aprendizaje que nace desde la pasión y se sustenta en un metodismo autoimpuesto por placer y no por la habitualidad académica universitaria -que muchas veces termina siendo la única forma en que uno tome el hábito del estudio continuo-.
Vagabundeando en el eje del mal es un libro bello de ser leído, fuente de referencias viajeras, ¡nunca librejo de playa!, pero por sobre todo, una invitación a salir a jugar al mundo y a conocerlo sin shoppings ni octanaje y sí para enraizarse con la gente de los lugares a andar.
El nomadismo no es un guetto, incluso nuestras civilizaciones se movíeron por todo el planeta antes de adoptar como amante incondicional al control remoto -¿qué sería de América sin la curiosidad de los diferentes pueblos que arribaron de Asia y Oceanía mucho antes que la barbarie legalizada de los que llegaron luego de Cristóbal Colón?-, el nomadismo es para mí, una vida destinada a valientes, quienes desoyen o acaso ni se enteran, de lo que se dice que debemos ser-funcionales a tal o cual sistema-, pues el errante siempre se expone a lo nuevo, a la falta de repeticiones (de estado y de estado individual), al frío y al calor, a los imprevistos y al bello vuelo del azar.
Citando al autor del libro en cuestión:
"El viaje continúa, pero yo no soy el mismo: después de haber cruzado Afganistán a dedo me sobran las evidencias para creer en la bondad del ser humano, y me siento más convencido que nunca de seguir explorando nuestro planeta. Puedo ahora ver, en perspectiva, el deseo de viajar a tierras lejanas y el deseo de autoconocimiento como cacerías paralelas. Me río y lloro cuando me doy cuenta que tengo un secreto para gritar, una fantástica noticia, la del buen Afganistán. Si me preguntan, debo decir que ojalá -imshallah, como se dice aquí-, el resto del mundo se vuelva por arte de magia tan hospitalaria, magnánimo y protector como la gente que vive en el erroóneamente llamado Eje del Mal"

Juan Pablo Villarino viajó, dedeó y contó, -sin sponsors que le dictaran que se dice y que no-
Namasté a su escritura y Pura Vida a los caminos y los seres que nos dan letra.



Juan Pablo, Paula -su compañera y futura colega- y quien escribe. El detalle en la boca de JP es producto de mi pequeña cámara, error que tal vez oficie de micrófono-aura

1 comentario:

  1. Gracias por este homenaje, je Brindo por los viajes posibles y por tu gran aporte hacia la concreción de este libro y este sueño.

    Juan Villarino

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