El Oniriciclo, por su cuenta, ha decidido salir a dar unas "vueltas previas", antes que los locos, o sea nosotros, lo arrastremos por medio continente sin su consentimiento. Como nuestro querido compañero y vehículo porta la sana felicidad de carecer de GPS y otras yerbas, ha tomado la precaución de extraviarse. Ver que pasa en algún lado sin un molesto delironatura encima fue su premisa.
Ayer, nos envió esta fotografía.
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