miércoles, 7 de agosto de 2013

Masa Crítica Atlántica





Cada vez que vuelo pedaleo. La masa de la costa atlántica nació de un destino, una cámara pinchada, 50 pesos incomprensibles para un poco de caucho – sí, nosotros también consumimos petróleo, caray-. Esta masa de impredecible destino, labró su inició frente al mar, por la ruta 11, buscando la ciudad del faro y la masa crítica de MarDelPlata, primer domingo de cada mes 4 pm, plaza España.
En un día de amistosísimo calor para la latitud y los ventarrones de Chapadmalal, el camino se nos hizo paseo, con viento cruzado a favor y cuestas en subidas descansadas. 3 oniriciclos sin fotógrafos andando hacia una masa crítica mas, que el mundo de los que comparten la idea, inició en MdP.
 Shermen, Lucas y yo subiendo-bajando olas de ruta frente al Atlántico, y mientras África del otro lado,  Delironautas en Oniriciclos se deslizaban al sol de agosto, en un nuevo e infalible bello día, siendo siempre el primer domingo del mes, allí donde  masa crítica, pulsa el quiebre de la lluvia que se silencia cada vez
 ¿qué es un domingo sino el etiqueta de una medida de tiempo que el hombre ha inventado?
Sol.
D.H.Larewnce, escribió:” Queremos destruir nuestras falsas conexiones inorgánicas, especialmente las relaciones con el dinero, y restablecer las orgánicas vivientes con el cosmos, el sol y la tierra, con la humanidad, la nación y la familia. Comencemos con el sol, y el resto se operará lenta, lentamente”.

El tìo Henry nos cuenta sobre D.H:
                                                                                                       ”Desde el principio mismo de su desarrollo como pensador ha dado énfasis al sol; es para él el alfa y el omega. No quiso aceptar la idea corriente  de que el sol era la fuente de la vida- nuestra vida planetaria temporal- porque no pudo aceptar el pensamiento de que la vida tuviese un fin. No admitió que la fuente de nuestra vida terrena sea el sol. La idea es anatema para Lawrence y, por lo tanto invierte el proceso. Somos nosotros, los vivientes, quienes damos vida al sol y a las estrellas, y también a los planetas muertos”.


Salimos de Miramar a las 2 pm por la ruta 11, pero luego de un buen ritmo, al llegar a la Mar del Plata cercanos las 4.05pm, cometimos el clásico de la gente (la gente somos nosotros, así es), entramos por la rambla eterna de la ciudad, llena de aquel que busca salvar su libertad solo un domingo por semana, esa aversión a la imaginación llamada día de descanso y como dios manda. Erramos entre el mar de autos junto al Mar de veras y allí perdimos el tiempo suficiente. Hora de llegada a la plaza España: 5.20 de la tarde.
La masa ya había partido, internet no ayudó en su realidad y no hubo números telefónicos a los cuales llamar en el durante masa. Luego de elongar, largamos para una feria camino a Santa Clara, por la avenida de la costanera. Había pasado la tarde, y  noche y bruma nos abrigaban en la salida costera. En ese impasse un pequeño grupo de bicicletistas  retornaba en nuestra dirección y uno de ellos se detuvo: que si, que eran de la masa marplatense y que ya había finalizado, ello estaban regresando desde la feria en cuestión. Apenas eran las 7 de la tarde. Nosotros 3 veníamos maseando desde la ruta, allá por las 2 de la tarde, bajo un sol de pedaleo en cueros. luego seguimos andando por la noche de la ciudad, encontrando fuegos en descampados donde unos cuantos insistentes del candombe tocaban y murgueaban en la luz de noche, pero seguimos y fuimos en búsqueda de Pedro, el amigo que ha elegido el cambio constante, como fuente de su vida energética. Atravesando los barrios del fútbol y los elegantes residenciales vacíos de alma y de temporada, nos fuimos perdiendo y buscando una calle y un peñón gozando del placer que el sistema nos regala: el mundo del hombre que por elección se guarda cada domingo por la noche en la mayoría de los países del  mundo. El gran hálito,  la decepción que mañana LUNES aceptaremos esta roldana gritando un Sí a vivir un mundo comandado por nuestras invenciones, aquellas para la que hemos vivido mas que para nosotros mismos. Son las últimas horas de la semana, el inicio de otro viaje hacia el fin de la semana iniciará la espera esperanza, desde el trabajo o la fiaca. Todos estos lazos se palpan, se siente al rodar como si la población roncara,  aùn cuando temprano, hacia las 9 de la noche, se cene frente a la tele.



Luego del amigo Peter, regresamos andando en una noche agradable,  anhelada en  una costa de semblante pardo, pocos grados y vientos duros. La vuelta fueron los campos, la ruta de baqueanos, sin señales ni banquinas,  camino de luz de estrellas, a veces un viento cruzado y a favor. En la medianoche  y principio del lunes, los delironautas anhelábamos la llegada viajando en piloto automático, allá las luces del pueblo y el regreso a un prometedor guiso de lentejas con vino tinto y limonada de casa.
Así la masa Atlántica pedaleó desde las 2 de la tarde hasta la 1 de la mañana con 2 paradas de 1 hora cada una.
Distancia Total: 113 kilómetros en 3 Oniriciclos.

Como Lawrence dijo, dimos vida a esta día y esta masa espóntanea que nos volvió bellos de sol y de noche.

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