Libertad.
¿Sabés?
Extraño al infinito la libertad. Su carne, su sustancia. Esos
momentos que sabes con cuerpo joven que todo lo puedes. Una montaña en lo alto,
su horizonte como tu vida, infinitos. ¡Porque Sí!
Porque lo crees aun cuando no es real, nada lo es, piensas y
sientes antes que será para siempre, que reiniciará todo. Así es la libertad.
Rompo cosas en esta tensión interminable porque ellas me
deshonran con su vivencia de cosa estable recordándome una vida de saltimbanqui
carcelario, y ahí es donde yo lo sufro como cualquier lugar del mundo donde un
tipo se queja con razón. Pero no hay caso, ni quejas ni roturas me la
devuelven. En el vádemecum jurídico te recetan “esperanex”, la fórmula que te
hace pensar a futuro lo que te quitan en el presente.
Y mientras, ahí va la Vida.
Me duele Shermen, me duele porque sueño el amor en libertad,
los perros en libertad, los gatos la casa los Oniriciclos y las plantas, todos
libres.
Vivo mi día a día entre quehaceres diversiones deberes ocio
obligaciones. Vuelo y presumo mal, alto por lo cielos de la lectura y también
me voy en picada al propio infierno descuartizando mis pensamientos, este
papel.
Me pongo en lugar de otros, lo que nunca puede ser verídico
pues nadie se mete preso por uno. Pienso en mi amigo Walter, clavado en su causa
hace 14 años padeciendo la falta de sentencia firme: no beneficios ni trabajo.
Pienso en él y otros tantos que conozco; jodidos, mucho mas jodidos que yo y me
avergüenzo de mis quejas y de la justicia, de lo legal. Atenerse a derecho!,
que sarta de mentiras, vanidosos de traje fácil y maletines sonámbulos.
Amparos exhortos denuncias carátulas, puras mentiras que no
necesitan comas que las separen, todo un gran quilombo donde solo se mantienen
erguidos ellos, los abogados, y a veces ni varios de ellos.
Ese mundo, el de los leguleyos, tiene metida entre foja y foja
los últimos 14 años de mi libertad. Como un mandatario que no se quiere
bajar me rige y me dirige ¡aténgase a
derecho!. A piacere. Tal cual los mafiosos y poderosos Juàrez por mas de 50
años en mi Santiago querido.
Y todo esto te lo cuento porque no puedo evitarlo chiquitín:
No soy
libre
Proyectar
mi vida es empírico.
Me acusan de asesinato, ¿cuánta quimera puedo plantar? Y mi
pelea es marchita, “Hola si, qué tal?, estoy y soy acusado de un homicidio que
no cometí. No hay pruebas en mi contra ni testigos que me incriminen. Fui a
juicio y lo gané. Soy inocente. Sin embargo harán un segundo juicio cuando
nuestra constitución y la mayoría de las constituciones en el mundo no avalan
segundos debates sobre una causa contra la misma persona sin nuevas pruebas.
¿Por qué?
Porque la ley Sociedad Anónima lo ha permitido
JA! JA!JAJAJAJA
jajajajajajajajajajajajajajajajajajala risa de hiena que me
recorre el miedo desde el cerebelo al
culo donde allí se infiltra destrozando mis intestinos y mi horizonte por
igual, una sola vida, una sola posibilidad, y todo en manos de hombres que
citan el derecho romano, o sea, las bases puritanas de un imperio que murió pudriéndose
en sus bajezas y hecatombes de jodienda. Las hienas hablan a mi alrededor, son
mis miedos, mis cuitas que ni en sueños la del joven Werther!
La ley lo ha permitido…, pero…¿qué se le va a hacer che?
Le he escrito cartas a muchos periodistas y políticos. No he
agotado toditos mis esfuerzos cierto es, y es que a veces el ánimo decae y te
cae. Pienso: mi caso es uno más del lupanar extraordinario que hoy es el
sistema judicial argentino que le hace, es y convive con una sociedad que no se
quiere bien. Yo soy parte, claro! Y tengo mis yerros como ciudadano. Los casos
siguen y siguen, los periodistas siguen también. A los jueces y abogados
también les siguen pasando otras causas por sus despachos.
Nosotros-los sospechosos, no tenemos acceso a ese tren,
nuestra causa es todos los días de la vida y estas causas de vida a diferencia
de los hijos, no son elegidas, buscadas ni queridas. Son impuestas, nuestro
impuesto de por vida.
Exijo mi libertad a este sistema que me oprime sin ton ni son
por el solo placer de ver como la burocracia se caga en mi vida.
Hace 14 años que demuestro mi inocencia. Hace 14 años que me
culpan sin nada.
¿Por qué esto nunca puede acabar?
Quiero ser libre Shermen y viajar por el mundo con vos.
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