sábado, 6 de abril de 2013

Masa Crìtica, la fama no nos llegò por las sonrisas





Masa Crìtica, del ruido al estrellato.

Nunca pensó Chris Carlsson que su idea llevada a la pràctica por primera vez en septiembre de 1992, llegarìa a mas 350 ciudades (y contando)  abriendo el camino hacia una expresión pacìfica y abrumadoramente liberadora: nada del otro mundo, Carlsson invitò  a otros ciclistas a rodar la ciudad de San Francisco un viernes a las 5pm. Ya sabemos, ciudad grande: Mucho trànsito, mucho vorágine, mucho oficinista estresado por no aceptar el estado de las cosas, o cambiar su vida.
Andar en bici, con todos los que pueda y quiera. Aquì estamos nosotros, tan trànsito como ustedes los motorizados. Vamos a circular al ritmo que la ciudad lo pide, el fluir es necesario ante tanta necesidad de agravios y bocinazos idos sin sentido por el sòlo fin de aseverar que todo es un caos loco!, y asì no se puede vivir. Sea San Francisco o Buenos Aires. Entonces empezamos Masa Crìtica Buenos Aires y acà estamos en la ciudad desarrollando algo, que como nunca, tiene sus 20 minutos de fama.
¿Què hemos hecho con esos minutos? Algunos con la necesidad de expresar un sentir generalizado en la masa subieron al estrado, donde dependiendo de la mediocridad inherente a los periodistas visitados, recibieron desde buenos cuestionamientos hasta boludeces de ocasión. Por ejemplo, un programa que se llama “Duro de domar” sòlo està invitando a la provocación, no al pensamiento. Claro, estamos hablando de esa TV del momentáneo, de la nada descripta como el cenit de la noche, la digitopuntura que nos descerebra.
Esos que nos representaron sintieron la necesidad y el hartazgo, de cada automovilista que nos hizo un “finito” en cualquier esquina por el sòlo placer de probar destreza conductiva o sentirse un homicida invisible.



No me importa que nosotros también respondamos, que nos enojemos, que seamos mas mierda que aquel que nos violenta con su traga gasolinas de 4 ruedas, no me importa en este momento porque bien sabido es que poner la otra mejilla solo nos lleva a combinar los cachetes colorados. Prefiero no responder, pues no es necesariamente pasivo el no responder verbalmente; pero si hemos de decir Basta a tanta boludez de automovilista es ahora, ese bello momento del no retorno. Ya no me conformo con ciclovìas ni bicisendas, ya no me alcanza el costadito de la calle por donde nos cruzamos con el otro ciclista que viene, ya no entiendo que sentido tiene la circulación de autos privados por todos los barrios del centro de la ciudad. Lo único que entiendo con ello es la imposición de seguir soportando todo ese humo que llena y agrisa Buenos Aires como pocas cosas lo han hecho, estoy podrido de los bocinazos que un tipo por pura fiaca le pega a su mina para que baje corriendo y juntos al cine 3D... y la quiere con papas grandes?. Ni hablar de nuestros queridos tacheros, a los que ya quiero empezar a llamar tachados; pues no es secreta la superabundancia de taxis y remises en la ciudad de Buenos Aires; mucho mas que lo aconsejado, lo permitido y lo soportado por todos aquellos que no estamos interesados de ser llevados de aquí para allà como pashas por tipos a los que en su mayoría, le importamos muy poco o nada. Sino nótese como acelera el taxista aùn cuando un peatón cruza en rojo y se les interpone en su camino. Ni piensan que ese mismo peatón fue, es o será un dìa su cliente!, No! Que va….ni se les ocurre eso…. Y esa mentira que he escuchado desde hace casi 5 años en masa crìtica, cuando ante nuestro paso algunos automovilistas se bajan enajenados gritando de que tienen una emergencia , un familiar, un vecino, los chicos, lo que sea son capaces de inventarnos para no tener que ceder al hecho, que esta vez, a ellos les toca dar paso. Algunas pocas veces, son ciertas. Esto no es algo pasajero, yendo hacia la matriz de este accionar, la excusa por parte del tipo que espera es increíble, mata a su madre de palabra si es necesario.  Allì anida otra cosa mas fija e imprescindible: no aflojar ante el otro, ser el mas fuerte, el mas poronga, el que manda a los golpes solo comprende a los otros desde la subordinación hacia sì; sin mas omiten pensar, alzar el puño es el reclamo que cualquiera adopta ahora, la ley del mas fuerte, la puta historia que nos hacen  creer desde chiquitos, el imponerse; mandar esto mandar aquello, hasta mandar a lavar la ropa! Mandar! A eso se resume, en su mayoría, la ofuscación general del que espera a nuestro  paso cada salida de Masa Crìtica.
Este domingo saldremos a hacer aquello que mejor sabemos hacer. Andar en Bicicleta patinera o patines, andar la ciudad que necesita de nuestro paso, el fluir de miles de ciclistas anónimos, que brindan a su paso por los barrios todo eso que el transporte acelerado no puede brindar. Una sonrisa a compartir!
Viva Masa Crìtica! Vivamos nosotros!

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