Masa Crìtica,
del ruido al estrellato.
Nunca pensó
Chris Carlsson que su idea llevada a la pràctica por primera vez en septiembre
de 1992, llegarìa a mas 350 ciudades (y contando) abriendo el camino hacia una expresión
pacìfica y abrumadoramente liberadora: nada del otro mundo, Carlsson
invitò a otros ciclistas a rodar la
ciudad de San Francisco un viernes a las 5pm. Ya sabemos, ciudad grande: Mucho
trànsito, mucho vorágine, mucho oficinista estresado por no aceptar el estado de
las cosas, o cambiar su vida.
Andar en bici,
con todos los que pueda y quiera. Aquì estamos nosotros, tan trànsito como
ustedes los motorizados. Vamos a circular al ritmo que la ciudad lo pide, el
fluir es necesario ante tanta necesidad de agravios y bocinazos idos sin
sentido por el sòlo fin de aseverar que todo es un caos loco!, y asì no se
puede vivir. Sea San Francisco o Buenos Aires. Entonces empezamos Masa Crìtica
Buenos Aires y acà estamos en la ciudad desarrollando algo, que como nunca,
tiene sus 20 minutos de fama.
¿Què hemos hecho
con esos minutos? Algunos con la necesidad de expresar un sentir generalizado
en la masa subieron al estrado, donde dependiendo de la mediocridad inherente a
los periodistas visitados, recibieron desde buenos cuestionamientos hasta
boludeces de ocasión. Por ejemplo, un programa que se llama “Duro de domar”
sòlo està invitando a la provocación, no al pensamiento. Claro, estamos
hablando de esa TV del momentáneo, de la nada descripta como el cenit de la
noche, la digitopuntura que nos descerebra.
Esos que nos
representaron sintieron la necesidad y el hartazgo, de cada automovilista que
nos hizo un “finito” en cualquier esquina por el sòlo placer de probar destreza
conductiva o sentirse un homicida invisible.
No me importa
que nosotros también respondamos, que nos enojemos, que seamos mas mierda que
aquel que nos violenta con su traga gasolinas de 4 ruedas, no me importa en
este momento porque bien sabido es que poner la otra mejilla solo nos lleva a
combinar los cachetes colorados. Prefiero no responder, pues no es necesariamente
pasivo el no responder verbalmente; pero si hemos de decir Basta a tanta
boludez de automovilista es ahora, ese bello momento del no retorno. Ya no me
conformo con ciclovìas ni bicisendas, ya no me alcanza el costadito de la calle
por donde nos cruzamos con el otro ciclista que viene, ya no entiendo que
sentido tiene la circulación de autos privados por todos los barrios del centro
de la ciudad. Lo único que entiendo con ello es la imposición de seguir
soportando todo ese humo que llena y agrisa Buenos Aires como pocas cosas lo
han hecho, estoy podrido de los bocinazos que un tipo por pura fiaca le pega a
su mina para que baje corriendo y juntos al cine 3D... y la quiere con papas
grandes?. Ni hablar de nuestros queridos tacheros, a los que ya quiero empezar
a llamar tachados; pues no es secreta la superabundancia de taxis y remises en
la ciudad de Buenos Aires; mucho mas que lo aconsejado, lo permitido y lo
soportado por todos aquellos que no estamos interesados de ser llevados de aquí
para allà como pashas por tipos a los que en su mayoría, le importamos muy poco
o nada. Sino nótese como acelera el taxista aùn cuando un peatón cruza en rojo
y se les interpone en su camino. Ni piensan que ese mismo peatón fue, es o será
un dìa su cliente!, No! Que va….ni se les ocurre eso…. Y esa mentira que he
escuchado desde hace casi 5 años en masa crìtica, cuando ante nuestro paso algunos
automovilistas se bajan enajenados gritando de que tienen una emergencia , un
familiar, un vecino, los chicos, lo que sea son capaces de inventarnos para no
tener que ceder al hecho, que esta vez, a ellos les toca dar paso. Algunas
pocas veces, son ciertas. Esto no es algo pasajero, yendo hacia la matriz de este
accionar, la excusa por parte del tipo que espera es increíble, mata a su madre
de palabra si es necesario. Allì anida
otra cosa mas fija e imprescindible: no aflojar ante el otro, ser el mas
fuerte, el mas poronga, el que manda a los golpes solo comprende a los otros
desde la subordinación hacia sì; sin mas omiten pensar, alzar el puño es el
reclamo que cualquiera adopta ahora, la ley del mas fuerte, la puta historia
que nos hacen creer desde chiquitos, el
imponerse; mandar esto mandar aquello, hasta mandar a lavar la ropa! Mandar! A
eso se resume, en su mayoría, la ofuscación general del que espera a
nuestro paso cada salida de Masa Crìtica.
Este domingo
saldremos a hacer aquello que mejor sabemos hacer. Andar en Bicicleta patinera
o patines, andar la ciudad que necesita de nuestro paso, el fluir de miles de
ciclistas anónimos, que brindan a su paso por los barrios todo eso que el
transporte acelerado no puede brindar. Una sonrisa a compartir!
Viva Masa
Crìtica! Vivamos nosotros!
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