La noche del día de la madre descansa en Buenos Aires, en una ciudad laboriosa de servicios donde casi todos duermen recreando en sueños realidades invertidas.
Voy andando en la ciudad que de tan candente la acera, me baja de Yala llevándome a la altura suelo.
¡Alto suelo!, arremeten las hormigas que atraviesan el camino al costado del árbol donde escribo.
1.30 am. Salí a tomar las calles porteñas del silencio; recorro Griveo infinitos metros sin cruzar perros, de los humanos ni hablar.
Yacemos todos dormidos o muertos, el día traerá las dificultades de llevar los frijoles y el arroz a la mesa. Muchos la sufriran, muchos otros se miraran la tripa vacía.
Nadie nos puede decir como hemos llegado a esto, a la desidia del no tener, donde la otra cara es un mundo de números que de financiados han quedado fascinados.
Hoy comí papas y luego dulces, me dolió la panza, el tiempo con los días maniatados. Pasó en la tarde: me puteé con un taxista sin sentido -el, yo y la disputa-, al rato
me encajaron un billete falso de 50 pesos y casi al enojarme recordé lo que el Pela me dijo: "cuando tengo los billetes en la mano los estrujo bien, para recordar que son papel Juancito" (en la próxima hablaremos con el joven Delironauta recién sumado al proyecto Oniriciclos, músico multitodo, sonrisa de loco y de cuerdo, la interpretación al dorso de su lectura amigo bloggeador).
Mural de Baldomero Fernandez Moreno en el barrio albo
Todo esto en el día de la madre y mi tarde junto a ella, el ritual que cultiva la querencia sanguínea, siempre y cuando, ya lo dijo Miller:"No creo en los lazos de sangre que no estén imbuidos de espiritualidad". En ella la raíz profunda, las vivencias felices, trágicas y de las otras.
Al final de la noche, sentado en Villa Devoto, se me acerca Oscar con una bellísima cleta año 52, disculpénme la marca inexacta. el hombre de unos 68 años me habló de su paranoia sin mas, y su venida del psicólogo a quien le desconfía, supongo ese punto donde le dices de todo a un extraño que analiza como hacer para que te des cuenta de lo que ya sabes; sólo que con guía turístico. Convengamos entonces un robo intelectual para algarabía de los detractores de cualquier cosa.
Todo esto transcripto de una madrugada en una esquina de vía la Habana en una capital de Sudámerica donde la noche vive y la gente se retira, pues dicen que en las calles se mueve un ente implacable: " la sensación de inseguridad", una nueva y repugnante prueba del alunizaje de los cegados, esos que nos indican que auto tener y a quien cagar. Los noticieros, la impaciencia y el bocinazo cautivador no son parte del post festejo del día materno, losmuchos han decidido hacer paces con la vieja, y darles su tiempo, sus aires de vida nueva.
Arranco de nuevo sobre Yala y claramente escucho un orgasmo al cruzar Bazurco y Bolivia, arde Villa Pueyrredón en esta primavera de sonidos que la ciudad aturde en el día; enfilo por calle Terrada buscando salida a la provincia cuando un llamador de angeles me hace doblar a la izquierda, sigo el sonido me voy yendo a otro feliz laberinto porque sí. Ni destino declarado, ni hora de llegada estipulada.
Hay algo en la perseverancia de las sombras quietas de la noche, tan distintas a las de la muchedumbre, esas vacas que nos apretamos en la entrada del metro, escupiendo la belleza de sombras que se entrelazan y "nada, como andas?, bien y vos? bien, todo bien"....pufff, patada frontal al entrecejo y anda a llorarle al tercer ojo.que decía?
Yala sobre la casa-grafitti de China
4.49am, pasa un tren por el barrio, aun observo las sombras esperando un movimiento, una compañía; añoranzas de lo que se fueron viajando y las cartas invisibles que me mandan con el alma del errante, el que no escribe puesto su presencia se percibe. Percepción! ja, aquí desde el pararrayos de la letanía, tierra asfaltada dorada de conexiones inhóspitas (hablamos por el chat de facebook, claro), desde aquí se te percibe díficil amigo Kuna, allí en la América Central, el Chino kuna habitante de las aceras, con el fuego malabareando al aire en las esquinas de semáforos y automovilistas bien pensante horrorizados ante un indio cirquero.
también se te percibe entrecortada uruguaya de mis ojos y de la compañía en el Valle de Cauca, mojados pobretones y felices, 6 años atrás haciendo dedo a los camiones en franco ascenso a la cumbre, reptando por la ruta que serpentea esa comarca hermosa, buscando al fin el mar y las playas vacías, luego las gaviotas y más allá otros viajes.
5.31 am. Se va recuperando el clima de obligaciones, se oyen radios y taxistas un poco mas apurados -aún-, despunta el amarillo, el color blanco de los cielos de esta tierra toma el mando y abajo las hormigas predispuestas a sus escritorios; la fuerza laboral que arremete camino al fin del mundo, ¡el año próximo queridos televidentes!. los colores van amainando al negro, se nos va disipando junto a Yala estas rarezas, este devenir inconstante y nuestro.
Si dormimos los sueños juegan felices nuestra vida, saquemos a pasear el hermoso irreflexivo.
De puro empacho repetimos la foto.
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