sábado, 27 de diciembre de 2008

¿Còmo te subìs?. ¿Còmo te bajàs?..jue pucha...


Y esperè tres meses, mas o menos para escribir esta nota

No hubo caso. Al tope del ranking de preguntas estàn estas dos que encabezan la entrada de hoy.

La necesidad de desmitificar una cosa que tenemos, màs aùn en las ciudades donde a pesar de tanta parafernalia los verdaderos hechos inèditos no suceden, es voraz. A tanto llegò la cuestiòn que un dìa al pasar en el Oniriciclo, un niño de 7 u 8 años le dijo al padre:"ah..es un cuadro de bicicleta encima de otro.." y ya està. Procedimiento: Hecho inèdito-percepciòn del transeùnte promedio-categorizaciòn del vehìculo desconcertante-vuelta a lo conocido. Pasò el Delironauta, pasò el Oniriciclo.


¿Còmo se siente ir ahì arriba?

Una (1) sola vez me hicieron esa pregunta en 5 meses.

Subir o bajar de una bicicleta toma unos segundos. Andar en ella y disfrutar de su traslado puede durar minutos u horas. Con el Oniriciclo es lo mismo, sòlo que la percepciòn es un tanto diferente, y no me refiero a la altura.

Entiendo la necesidad del hombre a buscar respuestas, pero por favor, salgamos a fabricar Oniriciclos o tìteres, no nos quedemos con las dudas, no ahuyentemos a las sorpresas.

Si, es cierto; esta es la perorata de un tipo que anda en una bicicleta de dos pisos y no se quiere bajar. Pero que no puede ocultar su alegrìa al rodar las calles, al evitar los pozos o descansar en los parques.
Ayer, en una caminata de Delironautas y con el Oniriciclo al lado, un chico me preguntò como me subìa: optè por decirle que jamàs lo habìa hecho, y que por eso llevaba el Oni a mi lado.
Metros despuès pensè si no habìa sido ese un chiste descortès. Luego comprendì que si la imaginaciòn no puede inventar una respuesta a tan simple cosa, menos podrìa explicar yo el placer de andar, andar y andar...y me voy a andar....

1 comentario:

  1. Delire nomás.
    El otro día lo vi por San Telmo.

    Espero verlo pedaleando por el Obelisco el primer domingo. Yo voy a intentar ir en una rueda.

    Nos trasladamos por ahí.
    Salú!

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