Y además este calco de cuantiosas copias, el símbolofalo de la ciudad porteña, pero es esa luz, todas esas luces que noche tras noche le dan la vuelta a lo que nos llama o lo que nos echa, y
el corazón grande ojotoso y colorado con descanso bronceado que nos recita que a lo bueno hay que volver, pero a veces hay regresos erróneos por preferir lo conocido; y entonces Mar del Plata se nos abre, se nos abriera..., allí ciudad hermosa de donde es nativo el Oniriciclo Primero Y al fin cuando vamos menguando, cuando aquel dolor de una caída, la formación de la cáscara, sentir la piel que se parte, se abre y sangra un poquito más de nuevo, nos trae en el final la sonrisa de lo intentado, de morir en y aceptarlo.
Proponemos aceptar las cascaritas indicadoras de intentos frustrados y dolorosos por amados y malogrados, transitados inolvidables...
Ah sí claro!, no dejen de ir a Irán y no se Irán, país de infinitas vidas..
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