domingo, 27 de marzo de 2011
Asamblea Popular de Miramar
Un poco de historia: la asamblea popular conformada por vecinos de la ciudad de
Miramar, nació en defensa de la protección del Vivero de la ciudad; en ella se ha construido y se siguen construyendo bungalows. Este sector de la provincia es de vital importancia en el ecosistema, ya que de aquí han salido las semillas para todo el bosque plantado en la costa sur de Buenos Aires (provincia).
Desde hace más de 6 meses, esta reunión vecinal reclama democrática y juridícamente, por el cese de las construcciones. A pesar que un juez federal de la nación ordenó el cese inmediato de las obras; el adjudicatario de la privatización siguió construyendo; todo esto con el visto bueno de la intendencia.
La información y el desarrollo del caso jurídico desde sus inicios los pueden encontrar en : http://www.miramardepie.com.ar/; también en Facebook: protejamoselvivero@groups.facebook.com
A continuación una nota que leímos en una de las últimas marchas
Tren
Viajo en un tren. recién leí en el baño: "las cosas se miden por su tamaño o por su respeto".
Nos dirán los que iniciaron esta protesta que el respeto fue móvil, y el tamaño su naturaleza y crecimiento. Cada uno de los que se han sumado -soy yo uno de los últimos- hemos quebrado una barrera, pequeñísima sí, pero valerosa. Ese peaje que se traspone es la intromisión, el entrar a las cosas; ¿qué pasa acá? porqué nuestras autoridades toman estas decisiones? ¿porqué dan lugar al cambio cuando la vida de la naturaleza no se discute en este siglo y nunca antes nadie fue sobre el vivero tan descaradamente?, ¿y porqué la administración municipal sortea ilegalmente la resolución de un juez federal en favor del cese de las construcciones y en perjuicio de las manos privadas?.
Se dirá que los beneficios de estas concesiones tan favorables para la ciudadanía están a la vista. que luego de finalizado el contrato las mejoras realizadas por el concesionario quedarán en manos de El municipio beneficiando a los vecinos.
¿Y? ¿Eso es todo?
No quiero un montón de casas modernas -y a la vez de construcción económica- a cambio de un patrimonio Provincial jodido, una capa verde con un escozor por joroba, un pequeño cáncer en su seno. Así estos dúplex funcionaran acordes al medio ambiente, aún así, no los quiero.
Muy bien sabemos que Miramar está en crecimiento demográfico, para bien o mal, guste a quien le guste, pese a quien le pese. válido es el argumento que el progreso y otros blablabla cuando en la ciudad existe una amplia zona a la misma distancia del mar sólo que hacia el otro lado: Parque Mar, Parque Bristol, Copacabana y otros barrios. hay allí espacio para construcciones y emprendedores sin ceder la distancia a la costa, balnearios y sus ingresos (accesos y económicos).
Hay tiempo para que la ciudad establezca sus normas de crecimiento sin que le queramos poner un lazarillo a su desarrollo y me niego a creer que nosotros, somos el ciego que es llevado. Es tiempo que los habitantes vayamos por más, hagamos por el que nos rodea y los que nos rodeen hagan por nosotros. Ya no alcanzan los cambios políticos jurídico-policíacos religiosos, tampoco el poder en manos de los medios (de uno u otro bando) es el que cambiará nuestra posición; no hay una solución que se pueda pagar con votos o dinero. Es otra cosa. Es realmente quererlo.
Aquí aparece el respeto.
Los números, valorados de manera inexacta, que habitan todas las cosas, mandan y por eso hoy lo masivo es lo mejor, Apropiemos entonces esas condiciones y vamos a lo que es: participemos. No sólo esta asamblea específica sino todas: las juntas barriales, las corrientes de pensamiento nacidas de charlas de esquina y de mercado. Aquí seamos dueños en acción de una parte de esta tierra, en la ciudad de Miramar. Para que los que estamos y los que vengan sean dueños comunitarios y responsables del destino citadino. Tome las calles y el micrófono en cada marcha. el que pueda colabore con el tiempo, la palabra, la presencia o las 3 juntas, sea con panfletos, yendo a las marchas, haciendo una bandera o informándose, esto es trasponiendo esa insensata persecución de tendencias, también llamadas noticias. Y entonces adiós a la fuente periodística por excelencia:"el que dirán".
Necesitamos ser muchos más. En las asambleas, en las caminatas y en la actitud.
Es así como en estos tiempos se gana el respeto.
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