sábado, 15 de mayo de 2010

Viaje



1-

Nos desbordamos en las manos,

llevo mis colores a otros lados

me persigo en los trenes escribiendo laberintos.

Hoy es tren, juego a Borges, sólo se nos permite jugarlo

-nunca en serio- ¿para qué?, se preguntan los tácitos,

Y siempre al empezar un cuento, pensamos en “Funes, el memorioso”, ahí en la pequeña cabaña junto al ombú invisible.

2-

No puedo ser tu igual, ni tampoco par del latino –piel de negro- que me observa unos asientos más allá,

en siempre el tren.

¿Adónde vamos todos?

Adonde no voy, no cambio mi vida, vida expuesta en papelitos, en una mesa,

bajo una gran campana.

Pierdo así las primeras cosas, por ejemplo:

Un mate de madera en invierno duro

de grados bajo cero y algunas nieves,

un mate sufre y si no es tomado se va congelando desprendiéndose en sus puntos débiles

–las aristas los bordes el descubrimiento de sus colores primarios-

luego, el frío lo rompe.


3

Ahora, bien adentro en la provincia

todo se va diluyendo con galletitas y mate.

Planifico una vida sin tiempo

con olvidos de todo, de todos y de mí

tengo un tercio de siglo adentro

–escozores y durezas-

El cuerpo se espesa y más, cuando no pedaleo.

4

Regalo flores todo el tiempo

no lo sabía, y me han halagado

he olvidado mis presentes en muchos lados

me han regalado mucho

y voy devolviendo con lo que mejor soy.

Obsequios en las palabras sueltas

voces bonitas que gritan como precursoras

-¡te fuiste para arriba!-, tal cual un hallazgo.

Todo este licuado pasa junto porque uno no practica el pensamiento de continuo.

Todo esto que soy corre paralelo a una carretera sin bicicletas.

En las rutas: autos.

Avancemos todos, o los que tengamos que ser.



5

Digamos Venado Tuerto, por ejemplo.

Se dice: “Es un cementerio para los animales esta ruta”, como la RN8, todas las carreteras asfaltadas son un desfiladero de animalitos asaltados por la desidia nacional; ¡que mal nos gusta manejar!, y sin saberlo, Roberto, hacendado con 4x4 en su haber, presiona el claxón a un viejo en tractor de antaño que se cruza allá adelante por la ruta de un pueblo. No quiere saber Roberto (que también vende lechones –amo y señor con dádivas de carne en pueblo carnívoro-) que mientras ofendido critica al viejo del pueblo que mal se atraviesa, el habla por celular con un amigo, estableciendo precios de comida, sembrando la discordia. Omite lo que no le importa, esa paja ajena sagrada.



6

Delironautas en viaje.

Con Oniriciclo Fran en refacción y otra jirafa cíclica desaparecida, decidimos salirnos unos días.

Hacia algún lugar y con mapas de escuela sin rutas, retomamos el movimiento más natural del viajero: el autostop.

Quien escribe vuelve a salir a dedo

-tal vez un gran amor del viaje- ahora un poco eclipsado por volar en Oniriciclos.

Y otra vez la espera en rutas argentinas.

El país más difícil para hacer dedo que he transitado en mi vida, me recibe con sus habituales 3 horas promedio hasta que alguien se digna a llevarte.

Un coche se detiene.

-Larga pausa-

600 kilómetros y 7 vehículos después algunas cosas quedan claras:

Contradictorios y gauchos

de miedos infundados

de desidia ajena, que es tan mala

entradores y tajantes agotados de desidia propia

y el recuerdo de décadas no setentosas tan olvidadas.

En la tele de pueblos al pasar, algunos son procesados y otros encabezan actos,

sin embargo los camioneros que llevan a los Delironautas hablan más concretos:

se pagan más impuestos y se pagan peajes, entonces se esperan buenas rutas.

Emilio nos contaba en su camión que iría a pedirle a su jefe los aportes jubilatorios, las vacaciones y la obra social, justos y sencillos reclamos, cosas que no fueron solucionadas el siglo pasado, hoy siguen siendo el mismo karma destructivo.

7

En la cima del cerro de un pueblo con sabor a Carpintería, seguimos el dedo –esta vez en ascenso-

Camionetas muy modernas nos sobrepasan, saboreando un ascenso cómodo sólo concedido a los que poseen más.

“¿No tienes para pagarte el pasaje a la cima muchacho?, yo no puedo ensuciar el tapizado de cuero con tu pobreza”, fue el diálogo imaginado y real.

Por suerte, esta preciosura nos acompaño en la caminata, librándonos de los exasperantes.



1 comentario:

  1. Mis oídos sordos por tus silencios, gritan palabras mudas que el iching escucha y aconseja: propicio el Sudoeste, si ya no queda nada a donde uno debiera ir, es venturoso el regreso. Si todavía hay algo a donde uno debiera ir, entonces es venturosa la prontitud. Los obstáculos se disipan y los asuntos complicados empiezan a resolverse. Es posible retomar el curso habitual de las cosas. La tensión que te agobiaba, se disipa y sientes una liberación. Esto te estimula para emprender de nuevo. Aprovecha este tiempo de respiro para ordenar tus asuntos, acaba todo lo que llevas con retraso. Encuentra un ritmo de vida más natural y restablece las relaciones con tus prójimos. El ser humano noble perdona las faltas. Puedes esclarecer una situación y relaciones que parecen complejas. Tu intervención calmará el juego, si han surgido errores, sobre todo si han sido involuntarios, es necesario pasar página y recomenzar con buena base. Cuando la tormenta descarga viene la liberación de las tensiones y comienza un tiempo de superación de las dificultades. Cuando las dificultades se resuelven, no es siempre debido a nuestra actitud, sino que llega a nosotros un tiempo favorable, por eso, no es cuestión de exagerar nuestros éxitos, nuestros triunfos. La humildad, la modestia, es sobre todo necesaria en las buenas épocas, pues de lo contrario la arrogancia dominará nuestro interior y aunque obtengamos éxitos exteriores habremos retrocedido en nuestro crecimiento interior. No es el momento de permanecer donde estamos. Si no tenemos buenas razones para avanzar, es mejor retirarse. ahora solo el silencio total llega a mis oidos...Trenza Arco Iris(hex40)Liberación.

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